Este versículo, tomado del Salmo 42 de la Biblia, expresa un profundo anhelo espiritual y una búsqueda intensa de conexión con lo divino.
La imagen del ciervo que ansía las corrientes de agua refleja una necesidad vital y urgente, simbolizando cómo el alma humana busca desesperadamente la presencia y el consuelo de Dios en tiempos de angustia o soledad. Es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, el deseo de encontrar paz y propósito en la relación con lo sagrado es una fuerza poderosa y esencial en la vida de muchas personas.
Este pasaje invita a la reflexión sobre la importancia de cultivar una vida espiritual rica y significativa, buscando siempre la guía y el amor divino en medio de los desafíos cotidianos.














