El título de «Jesús, el Cordero y el León» proviene de la maravillosa y poderosa simbología bíblica que describe la naturaleza y el papel de Jesucristo en la salvación y la historia de la humanidad. Estos dos símbolos, el Cordero y el León, representan aspectos complementarios de su identidad y misión.
- Jesús como el Cordero
El símbolo del cordero está profundamente arraigado en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, donde el cordero era un animal comúnmente utilizado para sacrificios expiatorios (Levítico 1:4). En el Nuevo Testamento, este símbolo se aplica directamente a Jesús.
Juan el Bautista llama a Jesús «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Esto refleja el papel de Jesús como el sacrificio perfecto que paga por los pecados de la humanidad.
Humildad y mansedumbre: El cordero también simboliza la humildad, la inocencia y la sumisión voluntaria de Jesús a la voluntad del Padre. Aunque él era completamente santo e inocente, aceptó libremente sufrir y morir en la cruz por amor a la humanidad (Filipenses 2:5-8).
Cumplimiento del sacrificio pascual: En el contexto de la Pascua judía, el cordero sacrificado simbolizaba la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto (Éxodo 12). Jesús, al ser crucificado durante la Pascua, se convierte en el cumplimiento definitivo de ese sacrificio, trayendo libertad espiritual a todos los creyentes.
Significado: Como el Cordero, Jesús representa sacrificio, redención, humildad y amor.
- Jesús como el León
El león, por otro lado, es un símbolo de poder, majestad y autoridad. Este título se encuentra claramente en el libro de Apocalipsis, donde Jesús es descrito como «el León de la tribu de Judá» (Apocalipsis 5:5):
Triunfo sobre el mal: El león es conocido como el rey, y esta imagen refleja la victoria de Jesús sobre el pecado, la muerte y Satanás. Aunque fue sacrificado como un cordero, resucitó con todo el poder y la autoridad del cielo.
Realeza y dominio: La referencia a la «tribu de Judá» conecta a Jesús con la promesa mesiánica dada a David y a la tribu de Judá en el Antiguo Testamento (Génesis 49:9-10). Como el León, Jesús es reconocido como el Rey legítimo y soberano de todo el universo.
Juicio y justicia: El león también puede representar la justicia divina. En el juicio final, Jesús ejercerá su autoridad para juzgar a todas las naciones y establecer un reino eterno de paz y justicia (Apocalipsis 19:11-16).
Significado: Como el León, Jesús representa poder, victoria, realeza y justicia.
- La dualidad del Cordero y el León
La combinación de estos dos símbolos, el cordero y el león, muestra la naturaleza de Jesús. Él es tanto el sacrificio humilde que da su vida por los demás como el conquistador poderoso que derrota al mal y reina en gloria. Esta dualidad refleja cómo Jesús abarca tanto la gracia como la verdad, la compasión como la justicia, y el servicio como el liderazgo.
En Apocalipsis 5, esta dualidad se ve claramente cuando el anciano declara: «El León de la tribu de Judá ha triunfado», pero cuando Juan mira, ve «un Cordero, como degollado». Ambos aspectos son esenciales para entender quién es Jesús y qué vino a hacer.
Conclusión
El título «Jesús, el Cordero y el León» encapsula la obra completa de Cristo: su sacrificio redentor (cordero) y su victoria gloriosa (león). Es un recordatorio de que, aunque Jesús es manso y humilde de corazón, también es todopoderoso y soberano. Esta dualidad nos invita a adorarlo tanto por su amor sacrificial como por su majestad eterna.
En conclusión, “Jesús, el Cordero y el León”, significa que Cristo es tanto el sacrificio humilde que redime a la humanidad como el Rey poderoso que vence el mal y reina eternamente.












